martes, 23 de enero de 2018

Los mitos cuchilleros

Nuestra cultura popular atesora un sinfín de supersticiones nacidas en torno al cuchillo y al mundo que rodea este elemento. Algunas emparentadas con la ciencia, otras con la religión,  las más con el pensamiento mágico. Aquí ofrecemos algunas de las supersticiones más curiosas:


Dar un cuchillo por el cabo
Se dice que darlo de punta es desprecio o desafío, mas allá de eso, a mi parecer es falta de cortesía

Regalar un cuchillo
En nuestras pampas existe una tradición, los cuchillos no se regalan. En caso de hacerlo, se cree que abra traición, pelea.. Por tal razón “se vende” por una moneda, y aun yo sigo esta tradición.

Soñar con un cuchillo
Se dice que se viene una desgracia, es un acto premonitorio, un mal sueño.

Dejar un muerto a cuchillo, boca arriba
Se decía que esto presagiaba un rápido esclarecimiento del hecho, considerando que se produjo por un malviviente, entonces era malo para el matador obvio

Matar con una daga sin cruz
Dar muerte con un arma blanca sin gavilán, indicaba el deseo de que el muerto no descansara en la otra vida.

El uso del cuchillo para revertir fenómenos meteorológicos
Para ahuyentar una tormenta brava, de piedras, rayos, etc. que se acerca, el paisano la hace cambiar de rumbo  clavando su facón en la tierra o haciendo una cruz de sal en el suelo. Y yo lo hice y me sirvió, y aún sigo haciéndolo.

Usos medicinales del cuchillo
Se cura el caballo con parásitos en los intestinos, tirando el cuchillo con vaina en forma de cruz de adelante hacia atrás por entre las manos y las patas haciendo lo mismo después de izquierda a derecha. Enseguida se hace caminar al animal. Y, para mayor eficacia, hemos encontrado el siguiente consejo: “al lanzar el cuchillo en los dos sentidos, el criollo adopta una actitud reconcentrada, pronunciando ciertas palabras entre dientes”.

Como curar una picadura de yarará
Realizar un corte en cruz sobre la herida, por suerte, esto si no lo probé…

Cómo curar y limpiar un cuchillo de acero al carbono
Es sabido el color oscurecido y el deterioro que sufren estos tipos de cuchillos. Se aconseja preparar un pocito con barro en el patio, y enterrarlo cada noche durante tres días consecutivos. Es una cura de aceleración del proceso químico, pero que lo curte y lo protege de los ulteriores embates. Por otro lado, según una creencia muy arraigada, los cuchillos no se lavan, sino que se les saca el resto de la comida con un “pancito”. Y de paso, se dice,  “le queda la grasa de protección”. Vaya pensamiento mágico…





Fuente: http://www.correveidile.com.ar/2014/07/07/el-cuchillo-y-sus-supersticiones/

martes, 2 de enero de 2018

San Martin, y su navaja...no solo tuvo el corvo.

No solo Mc Giver tenía una navaja, esta navaja se encuentra en el museo de Historia de Chile, No lo sé, pero lo que si se es sobre este modelo de navaja.
A comienzos del 1800, J. Nowill & Sons, en Sheffield, Inglaterra, comenzaron a fabricar una navaja de jinete, un modelo que se popularizo en esos años debido a las útiles prestaciones que brindaba.

Navaja de Jinete de Jose de San Martin (1816) Museo de Historia de Chile
Don José de San Martin, en su paso por Inglaterra, antes de embarcarse en la Fragata Canning rumbo a América, donde realizaria la campaña libertadora, se proveyó del sable corvo, seguramente información útil para la campaña, asi como de esta navaja.


Navaja similar a la de San Martin
La navaja es una Sheffield Stag Horn Horseman Calvary Folding Hoof & Camper Knife, el cuño est medio borrado, y entre su multiusos posee una hoja larga, una hoja corta, un sacacorchos, un limpiabasos, un punzon, un detornillador, y un gancho.
Seguramente, como mostro ser el General, desprendido y generoso, es bueno pensar que se la dejo a alguien, un presente, y el tiempo paso, paso y allí quedo...


Otro detalle que me gustaría contar es detalles sobre el poncho del libertador, el cual fue un obsequio de durante los parlamentos realizados a 30 leguas del sur de Mendoza (Fuerte San Carlos), que duraron entre 6 y 8 días, el primero de ellos en el mes de septiembre de 1816, junto con un aproximado de 50 caciques y capitanejos, incluyendo lenguaraces que cumplian la función de hombres puente entre ambos grupos. Los parlamentos incluyeron ceremonias y rituales, sentados ambos líderes en círculo, los guerreros y los caballos pintados, para finalmente escuchar de parte del fraile lenguaraz el permiso para poder pasar al otro lado de la cordillera, después de varios minutos de silencio los caciques respondieron “todos los pehuenches a excepción de 3 caciques, que sabremos contener, aceptamos su propuesta”.


En el cuarto día se hicieron los regalos pertinentes, entre ellos el poncho del que nos referimos, de forma rectangular, midiendo 1,68 de largo por 1.61 de ancho, con tres franjas (Wirin) decoradas que lo recorren longitudinalmente, una central que mide 8 cm. de ancho en cuyo centro se halla el ñankal (abertura central por donde sale la cabeza) y dos laterales que miden 34 cm. de ancho cada una, destacando entre ellas los Tue ó campos de la manta (tejido en pelo de camélido con urdiembre en lana de oveja y los bordes terminados en Chüñai (Flecos). Lei sobre los colores que eran símbolo de luz, pero pienso en lo personal, que el color del poncho se debe a que era una manera de mimetizarse con el terreno, los ponchos usados en esa zona eran de color caqui, beige o marrón claro


En 1816 durante el Parlamento con los caciques indios, San Martín en su discurso despreció a los Godos (Españoles) diciéndoles que vendrían a matarles y robarles tierras, haciendas y mujeres y el mismo señaló háganme caso “Yo también soy indio”. En otra ocasión San Martín encomendó a su armero José Antonio Álvarez Condarco, en misión de espionaje, cruzar Los Andes para entrevistarse con Marco del Pont, jefe de las tropas españolas, debiendo reconocer y memorizar en su viaje los accidentes del terreno.

Al recibirlo Marco del Pont dijo “Yo firmo con mano blanca y no como la de su General que es negra”. Años más tarde cuando San Martín se encuentra con el derrotado Marcó del Pont, le saludó irónicamente diciéndole “Venga esa blanca mano!” En esa época la sociedad Colonial era muy sensible a las cuestiones raciales, y muchos fueron los despectivos apodos con que sus enemigos contemporáneos hacían referencia al color oscuro de la piel del General San Martín y su supuesto origen indio.

Fuente: http://librosvivientes.blogspot.com.ar/2014/09/los-parlamentos-entre-los-pehuenches-y.html
http://www.diariomardeajo.com.ar/noticias/2017/08/21/el-poncho-del-general-san-martin-ofrenda-mapuche-al-libertador/